LA SOMBRA DEL CAUDILLO

LA SOMBRA DEL CAUDILLO

Pablo Coyote

Viene el cierre de campañas y siempre vemos los regalos que dan durante el proceso de estás para que votes por alguno de los candidatos porque ellos son la mejor opción, pero antes de que les den esa cubeta, playera, cilindro, boing, torta y lo que se les ocurra se los llevan cómo acarreados ofreciéndoles sólo promesas por un voto que a los candidatos y a su partido sólo les beneficiara según sean sus intereses, lo que prometen no lo cumplen al cien por ciento, pero esto de los acarreados no es nuevo y Martín Luis Guzmán nos describe ésta escena en La sombra del caudillo

A cada hombre le daban algo del montón de comida que había dentro de las tres mesas: un taco de barbacoa; en la segunda, un taco de guacamole, y en la ultima un taco de frijoles. Luego se señalaba a los manifestantes el sitio donde podían recibir, si les pedían más tortillas; y más allá, en torno a unos barriles, les daban de beber. Todo ello, ni muy suculento ni muy abundante; pero junto a la miseria diaria, un banquete. De los indios de las haciendas, muchos habían caminado quince o veinte kilómetros y llevaban doce horas sin probar bocado; más no por eso denotaban impaciencia o precipitación: aguardaban su turno con mansa dignidad. Luego con la comida en las manos, iban a sentarse a la sombra de los árboles, para entregarse allí a morder, poco a poco, sus rollos de tortillas. Comían con tristeza fiel –con la tristeza fiel con que comen los perros de la calle-; pero lo hacían, al propio tiempo, con dignidad suprema, casi estática. Al mover las quijadas, las líneas del rostro se les conservaban inalterables. 

El día de la elección presidencial ya está más cerca, ya muchos tienen definido su voto, pero que vimos en las campañas, puras promesas, guerra sucia -¿ha habido alguna guerra limpia?- todos contra todos, vemos los intereses políticos de los personajes, en los que unos tratan de hacer bien las cosas y otros no, después de los resultados veremos los agradecimientos en la política mexicana los intereses que a ellos les convienen.

-¡Agradecimiento! En política nada se agradece, puesto que nada se da. El favor o el servicio que se hacen son siempre los que a uno le convienen. El político, conscientemente nunca obra contra su interés. ¿Qué puede entonces agradecerse? 

Esto siempre lo hemos visto no es nuevo y que mejor referencia que una excelente novela La sombra del caudillo, de Martín Luis Guzmán, léela y conocerás parte la historia de México.
@Pablo_Coyote
paul_marlop@hotmail.com

Bibliografía Martín Luis Guzmán, La sombra del caudillo, México, Porrua, 2001, 254pp.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Crónica del Taller y un Autógrafo